Un nuevo robot semejante a un insecto, y desarrollado por el equipo del ingeniero electrónico Karl Boehringer, de la Universidad de Washington, supera a muchos otros robots de su clase en cuanto a capacidad para transportar cargas pesadas (más de siete veces su propio peso) y también por su habilidad para moverse en cualquier dirección.
Algún día, pequeños robots podrán penetrar a través de grietas para explorar estructuras derrumbadas, recolectar muestras medioambientales en lugares de difícil acceso, o realizar otras tareas donde un tamaño pequeño sea ventajoso. El robot diseñado en la Universidad de Washington pesa medio gramo, mide alrededor de dos centímetros y medio de largo por uno de ancho y es de aproximadamente el mismo espesor que una uña.
El robot no tiene ruedas sino patas, concretamente 512, dispuestas en 128 conjuntos de cuatro cada uno. Cada pata consta de un cable eléctrico intercalado entre dos materiales diferentes, uno de los cuales se dilata más que el otro al ser sometido al calor. Una corriente eléctrica circulando a través del cable calienta a los dos materiales, con el resultado final de que un lado se extiende, logrando que la pata se tuerza. A esta fase la sigue la del enfriamiento, y el ciclo vuelve a comenzar. Las filas de patas se mueven de esta manera de 20 a 30 veces cada segundo, haciendo que el robot avance en la dirección deseada.
El tiempo de respuesta al calor es un aspecto interesante de estos dispositivos tan diminutos. En una estufa, se podría tardar minutos para calentar algo, pero en la escala de lo minúsculo esto sucede mucho más rápidamente.
El área de la superficie de las patas es tan grande comparada con su volumen, que esas extremidades pueden calentarse o enfriarse en sólo 20 milisegundos.
Las pequeñas patas son capaces de mover mucho más peso que el del robot. Los investigadores amontonaron clips sobre el lomo del robot hasta lograr que transportara más de siete veces su propio peso. Esto significa que el robot podría llevar una batería y una placa de circuitos que lo harían totalmente independiente. (Ahora se vale de nueve cables que le transmiten la energía y las instrucciones.)
Gracias al diseño y disposición de sus patas, el robot puede desplazarse hacia cualquier dirección, lo cual le permite una gran flexibilidad de movimientos. En ese sentido, equivale a un automóvil capaz de desplazarse incluso de lado para así aparcar en un espacio pequeño y sin tener apenas que maniobrar.
La maniobrabilidad es importante para un robot diseñado para introducirse en espacios pequeños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario